ECONOMIA
Cuentas públicas

Ajuste fiscal: los desafíos que enfrenta el Gobierno para cumplir con la meta del FMI

Luego de cerrar 2024 con un superávit primario de 1,8%, el equipo económico tendrá que seguir con la motosierra para alcanzar el objetivo prometido al organismo multilateral.

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Pareja. Kristalina Georgieva y Javier Milei, en uno de sus encuentros por la deuda con el Fondo. | NA

Tras la salida parcial del cepo cambiario, el gobierno de Javier Milei afronta el desafío de consolidar aún más el ajuste fiscal para alcanzar la meta que pactó con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El objetivo se alcanzaría mediante un recorte mayor de los subsidios económicos y los giros a las provincias, dos de los pilares que sostuvieron el plan económico en 2024.

Si bien el equipo económico acordó un superávit primario -antes de pagar los intereses de deuda- de 1,3% del Producto Bruto Interno (PBI) con el FMI, el elenco gobernante decidió subir la apuesta y elevar al porcentaje de excedente a 1,6% a fin de contar con más holgura presupuestaria. Se trata de una cifra menor a la registrada en 2024 de 1,8%.

Javier Milei fue salvado del precipicio por el FMI

Ajuste fiscal: los desafíos de alcanzar la meta con el FMI

Un informe de la consultora Empiria destacó que "al asumir una meta fiscal menos ambiciosa y una caída de ingresos más moderada (0,1% del PBI), el FMI considera posible alcanzar el objetivo sin necesidad de un ajuste adicional significativo".

No obstante, los analistas plantearon que una proyección más realista de caída de ingresos de 0,5% del PBI en 2025, dado que el aumento en los impuestos vinculados a la seguridad social no compensaría la merma en los ingresos tributarios explicada principalmente por la eliminación del impuesto PAIS, "exigiría una disminución del gasto equivalente al 0,3% del PBI".

"Aunque el cumplimiento de la meta es aritméticamente posible, dista de ser una tarea sencilla: será necesario que los salarios del sector público no recuperen la pérdida real sufrida en 2024, que no se recurra a transferencias discrecionales a las provincias como herramienta de contención política, que la obra pública permanezca en niveles históricamente bajos y que el ingreso disponible continúe comprimido por la actualización de tarifas de servicios públicos (para bajar el gasto en subsidios) y de impuestos a los combustibles, entre otros factores", advirtieron.

En ese contexto, el organismo multilateral pronosticó una inflación de entre 18% y 23% a diciembre de 2025. Sin embargo, un número más alto, en torno al 33% proyectado por Empiria, podría ayudar a "licuar gastos que siguen con rezago a los precios, aunque es difícil postular una continuidad de esa erosión en año electoral".

Durante el primer trimestre del año, las cuentas públicas anotaron un superávit primario equivalente al 0,5% del PBI. Este resultado se ubicó por debajo del 0,7% alcanzado en el mismo período del año anterior, cuando el grueso del ajuste fiscal pasó por las jubilaciones y pensiones y el cese de la obra pública.

Gasto primario

Cómo evoluciona el ajuste fiscal del Gobierno

"Con ingresos creciendo apenas un 1% interanual acumulado y un gasto en aumento del 11% —impulsado en parte por una baja base de comparación del gasto en jubilaciones—, la dinámica fiscal observada hasta ahora deberá ajustarse para que la nueva meta resulte alcanzable", advierte el reporte de la firma económica del ex ministro de Economía Hernán Lacunza.

Y acota: "No obstante, aunque pueda haber una diferencia menor en el cumplimiento de la meta, en tanto el Gobierno sabe que la disciplina fiscal es la viga maestra del programa de estabilización (con un ajuste del gasto de más de 61 puntos del PBI del consolidado Nación- Provincias), el flanco fiscal no será fuente de fragilidad de la continuidad del plan económico a lo largo del 2025".

Con la mirada puesta en el mediano plazo, los economistas vaticinan que "con una tasa de interés natural superior e intereses de deuda capitalizables que no aparecen en las cuentas públicas sino al vencimiento (y no mientras se devengan), el esfuerzo fiscal dista de haber finalizado y las metas de superávit primario planteadas por el FMI para los años venideros (+2,5% del PBI) son consistentes con esa necesidad".

Más allá del plano fiscal y cambiario, el programa rubricado con el Fondo contempla una serie de reformas estructurales y sus respectivos plazos de cumplimiento como la privatización empresas públicas, la eliminación de fondos fiduciarios, la simplificación del sistema tributario, la reforma previsional y la desregulación del mercado eléctrico mayorista, entre otras.

"Si bien 6 de las 12 propuestas incorporadas afectarían la estructura fiscal, sólo lo harían a partir del año próximo, en particular, pasadas las elecciones de medio término, y con otras mayorías en el Congreso. Dentro de las medidas se destaca la presentación del Presupuesto 2026 (el problema no es tanto la presentación al Congreso sino su aprobación, que no se ha conseguido en dos ejercicios consecutivos), manteniendo la regla de déficit cero", define el informe de Empiria.

MFN

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