Los cambios de signo político de quienes nos gobiernan, sus pensamientos e ideologías sumado a las crisis económicas y sociales pueden perturbar aquello que nos define como seres humanos empáticos y en aras del bien de la comunidad toda. No permitamos que ello suceda, respetándonos y reencauzando aquello que nos une.

Es un honor que sigamos transitando juntos la vorágine de cambios que día a día nos desvela en materia normativa de los tributos.

Dios les bendiga y nos una en su Gracia.

Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. (Eclesiastés 4:9-10)

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