El ministro de Economía, Martín Guzmán, fue el blanco de las críticas internas del Frente de Todos durante los últimos días por la situación económica y, sobre todo, la inflación.
Sin embargo, el funcionario fue respaldado por el presidente Alberto Fernández el fin de semana, quien también deslizó que no planea de momento cambios en su Gabinete. El miércoles, el ministro enfrentará una noticia muy mala y otra buena.
El titular del Palacio de Hacienda enfrentará mañana una noticia que lo volverá a poner en el centro de la escena: la inflación de marzo. Los analistas privados consultados por el Banco Central en el Relevamiento de Expectativas de Mercado anticiparon que el índice de precios al consumidor del Indec arrojará 5,5%.
El propio Guzmán anticipó hoy que será superior a 6%, “la más alta del año”, lo que implicaría el porcentaje de variación más alto desde septiembre de 2018.
Desde el kirchnerismo apuntan directamente contra la política económica de Guzmán. Uno de ellos fue el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, encargado de llevar adelante paliativos en la microeconomía con sus políticas de canastas a Precios Cuidados.
“Estamos en un mundo muy difícil y el ministerio de Economía tiene que bajar líneas claras de política económica que reduzcan la volatilidad y preserven ingresos populares, si no esto se va a poner feo”, dijo la semana pasada. El secretario además pidió por subas de retenciones para “desacoplar” las subas internacionales de alimentos de la economía local y mayor control a las importaciones.
Guzmán confirmó que la inflación de marzo "va a superar el 6%” y, en línea con el reclamo del kirchnerismo, dijo que “la principal ocupación de la política económica es asegurar que haya una recuperación de los ingresos reales”
“La inflación es una de las prioridades de la política económica”, contestó el ministro de Economía en una intervención ante empresarios de Brasil. Ayer lo volvió a repetir e incluso valoró una frase de Feletti. Un intento de armisticio.
“Hace unos días, dio una definición muy importante y muy cierta el Secretario de Comercio, que dijo 'la inflación no se va a reducir con políticas de precios'. No es que decís 'acuerdo de precios' y se acabó la inflación. No funciona así”, dijo.
Lo cierto es que la política de Guzmán está centrada en llevar “calma” a la macroeconomía a través de mejorar las expectativas. Las charlas constantes con empresarios y sindicalistas son parte de ese “plan”.
Sin embargo, los resultados no han sido los esperados desde que comenzó la gestión en cuanto a lo que tiene que ver con la suba de precios. Dentro del Frente de Todos, las posturas más críticas al ministro sostienen que la recuperación de la economía y el empleo se ve diluida por la alta inflación. No sólo el kirchnerismo sostiene esa hipótesis, sino también el massismo, los gobernadores y movimientos sociales que conforman la coalición gobernante.
En ese contexto, Alberto Fernández le manifestó al ministro el domingo, en uno de sus habituales encuentros en la Quinta de Olivos, que seguía contando con su apoyo para mantenerse en el cargo.
Ahora Massa también presiona por la salida de Guzmán y el ingreso de Roberto Lavagna o Martín Redrado al Mecon. Incluso, hay versiones de que el propio Massa podría encabezar un superministerio que subsuma Economía y Desarrollo Productivo
La otra espada, el ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas, corre la misma suerte por el momento.
Ambos funcionarios son del riñón del Presidente, por lo que desplazarlos podría debilitar su figura, o por lo menos así lo leen en la Casa Rosada.
Ayer, el mandatario también fue consultado sobre los rumores de un posible recambio en el Gabinete. La respuesta no fue muy concreta: "Yo ahora lo que tengo que pensar es en el cambio de pañales". También dejó una puerta abierta a que “en algún momento” vuelvan a hablar con Cristina en busca de la unidad del FdT.
¿Una buena?
Por otro lado, este miércoles podría conocerse una noticia positiva para Argentina y que dejaría bien parado al ministro Guzmán. El Fondo Monetario Internacional aprobaría un nuevo fideicomiso financiero por US$ 50.000 millones, para apoyar reformas estructurales, con un enfoque en el cambio climático y destinado a las naciones más vulnerables, según reveló Vimal Thakoor, economista del organismo.
Este fue uno de los pedidos que realizó el titular de Hacienda desde que había comenzado a negociar con el organismo multilateral de crédito para refinanciar la deuda de US$ 45.000 millones que tiene nuestro país desde 2018. El otro pedido era la reducción de los sobrecargos a créditos excepcionales, algo que todavía está “verde”.
El FMI considerará un nuevo fideicomiso de préstamos centrado en el cambio climático y la sostenibilidad que, eventualmente, proporcionará US$ 50.000 millones de dólares, para los países vulnerables, según reportó la agencia Bloomberg. "El directorio está listo para discutir el Fideicomiso de Resiliencia y Sostenibilidad (RST) y el personal es optimista de que se otorgará la aprobación", dijo Thakoor al participar este lunes en un encuentro en línea.
En enero pasado, funcionarios del FMI dijeron que confiaban en aprobar esta iniciativa antes de la Asamblea de Primavera de la institución y del Banco Mundial, que comienza la próxima semana. El fideicomiso permitiría al FMI otorgar préstamos a los países para apoyar reformas estructurales a largo plazo, con un enfoque inicial en el cambio climático y la preparación para pandemias.
Vale recordar que el año pasado el FMI destinó unos US$ 650.000 millones en activos, para hacer frente a las consecuencias de la pandemia. "Es probable que el RST comience con recursos de alrededor de US$ 30.000 millones, aumentando a cerca de US$ 50.000 millones, en el mediano plazo'', explicó Thakoor.
La cantidad de dinero disponible para que cualquier país pida prestado del fideicomiso estaría limitada al 150% de la llamada cuota del FMI de un país, su parte de los recursos de la institución, o alrededor de US$ 1.400 millones, lo que sea menor.
Las naciones también tendrían que estar participando en un programa tradicional financiero o no financiero del FMI, lo que hace que el fideicomiso sea un complemento en lugar de un sustituto. Por lo tanto, Argentina sería elegible para el nuevo programa.
Dado que el fideicomiso apuntaría a abordar los riesgos a más largo plazo para la balanza de pagos de una nación, los países tendrían 20 años para pagar los préstamos, más tiempo que con otros préstamos del FMI, con el reembolso del préstamo más allá de las cuotas de intereses a partir de 10 años. .
"Aproximadamente tres cuartas partes de los países miembros del FMI serán elegibles, incluidos los países de bajos ingresos y en desarrollo; territorios de ingresos medios con un PIB per cápita de menos de aproximadamente US$ 12.000 por año; y estados pequeños con un PIB per cápita inferior a US$ 30.000", señaló Thakoor.
El Gobierno apuesta a que este apoyo funcione para “anclar” las expectativas macroeconómicas y frenar así la inflación. En esa línea, ayer se formalizó la adhesión a la iniciativa financiera y comercial de la República Popular China conocida como Ruta de la Seda, y de esa forma se facilitarían las posibilidades de financiamiento de una serie de proyectos de infraestructura y tecnología, que el Ministerio de Relaciones Exteriores había estimado en alrededor de US$ 23.700 millones.
El Memorándum de Entendimiento entre los dos países fue publicado este lunes en el Boletín Oficial y entre sus principales objetivos fomenta el uso de las "monedas nacionales" en las inversiones y el comercio bilateral, así como "posibles transferencias de derechos especiales de giro en la plataforma del FMI".
