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      “Fallos de mercado”: qué significa el concepto que Milei repitió más de 10 veces en Davos

      • El Presidente habló ante líderes mundiales en Suiza.
      • Defendió con fuerte vehemencia al sistema capitalista, que contrapuso al "modelo colectivista".

      "Fallos de mercado": qué significa el concepto que Milei repitió más de 10 veces en Davos"Los fallos del mercado no existen", dijo Milei en Davos. Fabrice COFFRINI / AFP
      Redacción Clarín

      El presidente Javier Milei habló por primera vez en el Foro Económico Mundial de Davos. Desde allí, hizo una férrea defensa del modelo capitalista, volvió a atacar a la casta y reiteró un concepto que suele acuñar cada vez con frecuencia: "Los fallos del mercado no existen".

      En su discurso, el Presidente advirtió que “occidente está en peligro” y apuntó contra el “socialismo, que condena a la pobreza”. “Aquellos que supuestamente deben defender los valores de Occidente se encuentran cooptados por una visión del mundo que inexorablemente conduce al socialismo y, en consecuencia, a la pobreza”, planteó.

      En ese sentido, aseguró que “el capitalismo va a terminar con el hambre” y aclaró que “los fallos del mercado no existen”.

      "So pretexto de un fallo de mercado se introducen regulaciones que lo único que generan son distorsiones en el sistema de precios, que impiden el cálculo económico, y en consecuencia el ahorro y la inversión", señaló, aunque no fue la única vez que introdujo esa idea durante su discurso en Davos. En total lo hizo unas 10 veces.

      En septiembre, cuando el actual mandatario era apenas un candidato a ocupar el sillón de Rivadavia se lo escuchó acuñar ese concepto por primera vez, al menos en público y en carrera presidencial: "Los fallos del mercado no existen".

      Pero, qué significa. Se trata de una afirmación enmarcada en una tradición ultraortodoxa de la literatura y teoría económica. Desde la Escuela Austríaca de 150 años atrás a la teoría del Public Choice (Elección pública) más acá en el tiempo. Se enmarca en toda una corriente a favor del libre funcionamiento del mercado para asignar recursos, tareas y precios y a la que Milei se aferra.

      El concepto de 'falla de mercado' o 'disfuncionalidad del Estado' -eso que Milei dice que no existe- surge de considerar que los atributos que la síntesis neoclásica hace sobre los beneficios del mercado no siempre son tales. Hay situaciones en las que el sistema de producción y asignación capitalista falla. Esa parte es la que no cuenta Milei. A saber:

      Primero, en Economía existe lo que se llama falla extrema y es la existencia de bienes públicos. También hay otras fallas que son externalidades, fallas de información, de competencia y de monopolio, de rendimientos decrecientes. En todos estos casos el Estado tiene que intervenir para mitigar los problemas de eficiencia que pueden generar la existencia de esas fallas.

      La economista de la Universidad de Cambridge, Joan Robinson, sostenía en todo caso que la competencia perfecta era un caso específico del sistema de producción capitalista. Milei dice que la culpa de esas fallas es del Estado. Y que la culpa siempre la tiene el sector público. La teoría económica reconoce esto que dice el libertario. Desde los primeros cursos de Economía que toma un estudiante en la facultad, puede empezar a aprender todas esas fallas. Están clasificadas y diferenciadas. A medida que se avanza en la carrera se plantean en distintas materias de Microeconomía y Finanzas Públicas. Se reconoce el planteo de la Escuela de Public Choice (que las fallas de mercado pueden ser también del Estado) pero nada de eso implica que no exista un equilibrio óptimo de tamaño del Estado y quizá sea esto lo que se haya roto en las últimas décadas con la irrupción del kirchnerismo: ningún país en el mundo aumentó el peso del Estado en diez años como la Argentina sin haber atravesado una guerra o una catástrofe. Milei es la respuesta.

      Ejemplos de bienes públicos pueden ser una plaza, un faro o el servicio de alumbrado, barrido y limpieza. No cumplen lo que se denomina requisitos de exclusión y rivalidad, o sea todas las personas pueden usufructuarlos y nadie se verá impedido por otro que lo haga. El mercado allí no puede intervenir y si lo hace lo hará mal.

      Incluso una empresa que sponsorea una plaza no es más que un financiamiento regulado o intervenido por el Estado.

      Milei dijo además que “una empresa puede contaminar un río todo lo que quiera”. Los impuestos para mitigar la contaminación (Pigou) existen y en la Argentina se aplican. Y el economista de Chicago, Ronald Coase, trabajó los derechos de propiedad para controlar la contaminación. Recibió un Nobel por su Teorema. Pero su aplicación supone supuestos fuertes (bajos costos de transacción y segmentar derechos de propiedad). Es una disquisición teórica que en la práctica en la Argentina no se aplica. Todo esto es lo que la escuela liberal no cuenta.

      SN


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